Hemos perdido la vocación, hemos perdido esa gran emoción por enseñar y transmitir lo que el tiempo,la vida o el conocimiento nos ha entregado.
Hemos perdido el valor de la sabiduría, ese beneplácito por aprender y dar a conocer el talento o la capacidad con respecto a una disciplina,hemos perdido esa necesidad de mostrar nuestras habilidades, la necesidad por cultivar lo que mejor sabemos hacer. Nos hemos perdido en el estrato,nos vamos cayendo hacia lo mas seguro y fijo (entre comillas) nos vamos sumergiendo en lo que nos da estabilidad.
Estamos matando esas cualidades, asesinando los talentos que por momentos brotan y solo desean salir y perfeccionarse. Solo buscamos ese anhelado trabajo, tan requerido y solicitado ya que cumple con las exigencias que van acorde con el sistema. Hemos perdido la curiosidad por alimentar nuestra alma y fortalecer nuestras habilidades,pues no es rentable hacer lo que te gusta, hemos perdido hasta las ganas de estudiar, de informarnos,de cultivar referentes, de mantenernos al tanto de lo que nos puede llenar al cien por ciento.
Hemos perdido la fe, la seguridad CONSUMISTA la hizo mierda, hemos perdido la inquietud por ir mas allá de las cosas, hemos perdido las ganas de construir,hemos perdido el bello ritmo de la vida. Pues es mejor vivir en ruinas (pero en planilla) es mejor vivir con heridas (con tarjetas y deudas al mes y al día)
Hemos perdido la bondad,ese placer que sentíamos al ayudar al prójimo, hemos perdido a querer y amar,hemos perdido la solidaridad,hemos perdido las ganas locas por abrazar y decir te quiero, han sido reemplazadas por colillas
Hemos perdido las soluciones, hemos perdido las acciones, hemos perdido la gratitud, hemos perdido el mensaje pero sobran los mensajeros,hemos perdido la comunicación, emisor receptor no existen ni en pelea de perros. Hemos perdido las ganas, pues es mas rentable ser adicto al trabajo que dedicarnos a nuestra vocación y empezar de cero
Hemos perdido