Mis textos ahora toman un despegue diferente, mis palabras ya no aterrizan al paladar adyacente que solia estar ahi de manera indirecta, mis historias pasaron de ser cuentos a realidades, a veces con sabor a cuento de hadas o simplemente al peor de los suenos de los tipos que estamos acostumbrados a decir pichuladas.
Mi voluntad eterea, se corrio de lo eterno, sin expresar remordimiento, ni realidad, las dudas, lo extrano, vulgar y procaz solamente ronda, aparece y desaparece, no entiendo en que radican las cosas diferentes que me plantea el destino, tal vez parte de mi, parte del ser, aquel, no distingue la diferencia entre una rosa y un tulipan, con instinto inherente a la selva de momentos.
Me apesta la falta de sinceridad, y cuando las palabras blancas no son un resumen de que imaginar tendria que ser gratis, el dos mil diez se lleva mas que emociones y sensaciones, el mejor sinonimo seria, dracula y la estaca, no llevo coca en mis orificios, pero si estiercol al momento de caminar, arriesgue, y me desperte, arriesgue y me desperte.
Ya no me dedico a escribir versos, escribo simples versos, ya no llorare por nadie, que lloren los pro, que lloren los que quieren llorar, me falta burlarme de la estadistica y aprobar mis tropiezos pero con arta concha, escapar de canciones y meterme en peliculas esas que se demoran.
Bajo el techo de alguna ciudad, ya no puedo ser yo, que drama RECIBIR MIERDA por un so, diente por diente, skan por ponz? es mi circulo, no vicioso, pero si stone, si mis neuronas mueren, pues murieron y se fueron, al mejor lugar que aun no conozco.
Y sigo gastando polvora en gallinazos.
que dilema