Las calles muerden las almas revoltosas
la fuerza fue entregada a los que nunca la quisieron
los impulsos se rompieron frente al portal
y mil sonidos recubren mi sombra
y un espacio temió al estar lleno
y la fobia de nunca morir se tatuo
entre coreografias con olor a un muerto
Yo nunca pedí misericordia
fui acostumbrado a vivir
siempre fuera de la emoción de algún telón
siempre me mantuve alejado
no quise intentar ser feliz
solo mordia las nueces
que caían del cielo
La sobredosis de primavera
hizo un eco imitando la voz
del alma que mas quiero
nunca ordenare mis juguetes, repetia y repetia
nadie seria capaz de esconderme los calcetines
la verdad creo que andas dentro de mi
y estas aqui, no se porque